Los anfibios (Amphibia, del griego
αμφι, amphi ('ambos') y βιο, bio ('vida'), que significa
«ambas vidas» o «en ambos medios») son una Clase de vertebrados
anamniotas (sin amnios, como los peces), tetrápodos, ectotérmicos,
con respiración branquial durante la fase larvaria y pulmonar al
alcanzar el estado adulto.1 2 A diferencia del resto de los
vertebrados, se distinguen por sufrir una transformación durante su
desarrollo. Este cambio puede ser drástico y se denomina
metamorfosis. Los anfibios fueron los primeros vertebrados en
adaptarse a una vida semiterrestre,3 presentando en la actualidad una
distribución cosmopolita al encontrarse ejemplares en prácticamente
todo el mundo, estando ausentes solo en las regiones árticas y
antárticas, en los desiertos más áridos y en la mayoría de las
islas oceánicas. Hay descritas más de 7000 especies de anfibios.4 5
Cumplen un rol ecológico vital
respecto al transporte de energía desde el medio acuático al
terrestre, así como a nivel trófico al alimentarse en estado
adulto, en gran medida, de artrópodos y otros invertebrados. Algunas
especies de anfibios secretan a través de la piel sustancias
altamente tóxicas. Estas sustancias constituyen un sistema de
defensa frente a los depredadores.1 2
Desde hace miles de años los anfibios
han sido asociados con mitos y magia, enfocándose mucho de este
folclore desde una perspectiva negativa. Por otra parte, existen
culturas que han relacionado a los anfibios con fertilidad, fortuna,
protección, entre otros aspectos beneficiosos.6 7 8
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