Los reptiles (Reptilia) son un grupo parafilético de vertebrados
amniotas provistos de escamas epidérmicas de queratina. Fueron muy
abundantes en el Mesozoico, época en la que surgieron los
dinosaurios, pterosaurios, ictiosaurios, plesiosaurios y mosasaurios.
Según la taxonomía tradicional los reptiles son considerados una
clase; según la sistemática cladística, son un grupo parafilético
sin valor taxonómico.
Índice
1 Características
1.1 Control de temperatura corporal
1.2 Alimentación
1.3 Respiración
1.4 Circulación
1.5 Excreción
1.6 Respuesta
1.7 Reproducción
2 Orígenes evolutivos
3 Taxonomía
4 Referencias
5 Enlaces externos
Características
Hylonomus, uno de los primeros reptiles del Carbonífero.
La mayoría de los reptiles se han adaptado a la vida terrestre,
pero finalmente se ha descubierto que algunos viven en el agua. Una
piel resistente y escamosa es una de sus adaptaciones. Otras de las
adaptaciones que han contribuido al éxito de los reptiles en tierra
firme son que incluyen pulmones bien desarrollados, un sistema
circulatorio de doble circuito, un sistema excretor que conserva el
agua, fuertes extremidades, fertilización interna y huevos
terrestres con cascarón. Además los reptiles pueden controlar su
temperatura corporal cambiando de lugar.1
Control de temperatura corporal
La capacidad para controlar su temperatura corporal es una enorme
ventaja para los animales activos. Los animales de los que hemos
hablado hasta ahora son ectotérmicos. Los ectotérmicos utilizan la
conducta para controlar la temperatura del cuerpo. Para calentarse,
se tienden bajo el sol todo el día o permanecen bajo el agua durante
la noche. Para enfriarse, se mueven hacia la sombra, nadan, o se
refugian en madrigueras subterráneas.
Alimentación
La mayor parte de los reptiles son carnívoros y poseen un tracto
digestivo sencillo y corto, ya que la carne es bastante simple de
descomponer y digerir. La digestión es más lenta que en los
mamíferos, lo que refleja su lento metabolismo durante el reposo y
su incapacidad para dividir y masticar sus alimentos. Este
metabolismo tiene requerimientos de energía muy bajos, permitiendo
que los grandes reptiles, como los cocodrilos y las grandes
serpientes constrictoras, puedan vivir de una comida grande por
meses, digiriendo lentamente una presa de gran tamaño.
Los reptiles herbívoros, en cambio, tienen los mismos problemas
de masticación de los mamíferos herbívoros, pero, a falta de los
dientes complejos que poseen éstos últimos, los reptiles tragan
rocas y piedras (llamados gastrolitos) para facilitar la digestión:
las rocas se lavan en el estómago, ayudando a moler la materia
vegetal. Las tortugas marinas, cocodrilos e iguanas marinas también
utilizan los gastrolitos como lastre, lo cual les sirve de ayuda para
la inmersión.
Respiración
Los pulmones de los reptiles son esponjosos y tienen mayor
superficie para intercambio de gases que los anfibios. Esto es debido
a que la mayoría de los reptiles no puede intercambiar gases a
través de la piel, como hacen la mayoría de los anfibios de piel
húmeda. Muchos reptiles tienen músculos que rodean las costillas y
expanden la cavidad torácica para inhalar, o colapsan la cavidad
para exhalar. Varias especies de cocodrilos también poseen
repliegues cutáneos que separan la boca de los conductos nasales;
así respiran por las fosas nasales mientras tienen la boca abierta.
Para intercambiar gases con el medio ambiente, los reptiles poseen
dos pulmones funcionales o bien, en el caso de ciertas especies de
serpientes, solo uno.1
Circulación
Los reptiles poseen un eficaz sistema circulatorio de doble
circuito. Una de las vías lleva y recoge sangre de los pulmones. La
otra vía lleva y recoge sangre del resto del cuerpo. El corazón de
los reptiles contiene dos aurículas y uno o dos ventrículos. La
mayoría de los reptiles tienen un ventrículo único con un septo
parcial; permite separar la sangre oxigenada de la sangre no
oxigenada durante el ciclo de bombeo. Los cocodrilos y caimanes
tienen los corazones mejor desarrollados entre los reptiles modernos,
pues están compuestos de dos aurículas y dos ventrículos,
conformación que también existe en aves y mamíferos.1
Excreción
La orina se produce en los riñones. En algunos reptiles, la orina
fluye a través de unos tubos directamente hacia una cloaca parecida
a la de los anfibios. En otros casos, la vejiga urinaria almacena la
orina antes de eliminarla por la cloaca. La orina de los reptiles
contiene amoniaco o ácido úrico. Los reptiles que viven
principalmente en el agua, como los cocodrilos y caimanes, excretan
la mayor parte de sus desechos nitrogenados en forma de amoniaco, un
compuesto tóxico. Los caimanes y cocodrilos beben mucha agua, y esto
diluye el amoniaco de la orina y ayuda a expulsarlo. En contraste,
muchos otros reptiles, sobre todo los que viven exclusivamente en
tierra firme, no excretan amoniaco directamente; convierten el
amoniaco en un compuesto llamado ácido úrico. El ácido úrico es
mucho menos tóxico que el amoniaco, así que no hace falta diluirlo
mucho. En estos reptiles, el exceso de agua se absorbe en la cloaca y
convierte la orina en cristales de ácido úrico que forman un sólido
blanco y pastoso. Como eliminan desechos que contienen poco líquido,
los reptiles pueden conservar agua.
Respuesta
El patrón básico del encéfalo de un reptil es semejante al de
un anfibio, aunque el cerebro y el cerebelo son considerablemente más
grandes comparados con el resto de la masa encefálica. Los reptiles
que son activos durante el día, suelen poseer ojos complejos y
pueden percibir bien los colores. Muchas serpientes tienen también
un excelente sentido del olfato. Además de las fosas nasales, la
mayoría de los reptiles tiene un par de órganos sensoriales en el
paladar, los cuales pueden detectar la presencia de sustancias
químicas cuando el reptil saca la lengua. Los reptiles tienen oídos
simples con tímpano externo y un hueso único que conduce el sonido
al oído interno. Las serpientes también pueden captar vibraciones
del suelo. En comparación con muchos anfibios, los reptiles con
patas tienden a tener extremidades más grandes y fuertes que les
permiten caminar, correr, excavar, nadar o trepar. Además, las patas
de algunos reptiles están más por debajo del cuerpo que en los
anfibios, lo que les permite ser más pesados. Igual que en los
anfibios, la espina dorsal de los reptiles ayuda a realizar gran
parte del movimiento.1
Reproducción
Todos los reptiles se reproducen por fecundación interna; el
macho deposita su esperma en el interior del cuerpo de la hembra.
Casi todos los reptiles machos poseen un órgano semejante al pene
que les permite depositar el esperma en el cuerpo de la hembra.
Después de la fecundación, el aparato reproductor de la hembra
cubre los embriones con varias membranas y un cascarón correoso.
Orígenes evolutivos
Petrolacosaurus del Carbonífero.
Los reptiles se originaron a partir de anfibios en el periodo
Carbonífero, diversificándose durante el Mesozoico. A finales de
esta era desaparecieron casi por completo varios grupos en la gran
extinción masiva del Cretácico-Terciario, hace unos 65 millones de
años.
Taxonomía
Los sinápsidos, que incluyen los actuales mamíferos y una gran
cantidad de formas fósiles relacionadas con ellos y conocidos como
"reptiles" mamiferoides, no deben clasificarse dentro de
los reptiles, que, en sentido estricto, incluyen solo anápsidos y
diápsidos. Las aves quedan englobadas en el clado Dinosauria, junto
a tiranosaurios y formas afines; nótese que el grupo actual más
cercano filogenéticamente a las aves son los cocodrilos. Si se
incluyen las aves, el grupo Reptilia (=Sauropsida) es monofilético.
Actualmente, se usa el término Sauropsida para designar la
agrupación Anapsida + Diapsida; Sauropsida es sinónimo de Reptilia
en sentido restrictivo (no incluyendo Synapsida); el antiguo concepto
de Reptilia (Synapsida + Anapsida + Diápsida) tiende a abandonarse